viernes, 16 de agosto de 2019

Paseo bajo el viaducto Avellaneda, por calle Tucumán

El otro día pasé a visitar a un amigo que vive en una zona particular. O mejor dicho, la zona en sí no tiene nada en particular, sino más bien lo que la atraviesa. Y es eso lo que la define.

 Y eso que lo atraviesa es el Viaducto Avellaneda, que fue construido para poder superar las vías del tren, a mediados del siglo XX.

La cuestión es que es un puente enoooorme, que sortea un obstáculo insalvable en ese punto para peatones y vehículos, ya que no es un simple cruce de vías, sino toda una zona de maniobras y almacenamiento de trenes.

Recuerdo que la primera vez que lo fui a visitar, como el colectivo me deja un poco lejos, pensé que tendría que rodearlo, pero no, resultó que a esa altura podía pasar por debajo, pero primero, me topé con esta preciosura:




Se trata de una preciosa casa con rasgos neocoloniales, que ahora funciona como jardín de infantes. Por fuera está como nueva, hermosamente cuidada. Me encanta encontrar estos caserones como jardines y ese tipo de instituciones, porque generalmente los dueños se encargan de mantener en muy buen estado las fachadas, y además las alegran con vivos colores. Esta está casi en la esquina de Tucumán y Lavalle (Tucumán al 3900).

Siguiendo por Tucumán, cuando uno ya presiente el viaducto, de pronto me encontré con esto. Un edificio finito!!! Por cómo está hecho y ubicado, junto a una playa de estacionamiento de un hipermercado mayorista., es evidente que han ahuecado un edificio mucho más grande para ubicar en el centro el estacionamiento, pero al menos una parte ha quedado (abajo, donde está la chimenea, se advierte que esa parte de la fachada fue un tapial con rejas y columnas, posiblemente una parte de la entrada). No tengo más datos sobre el edificio, o cuando se hizo esta masacre... Al menos no se perdió todo. Aparentemente sigue siendo edificio de viviendas, con entrada a la calle y todo.

El edificio finito, viniendo por Tucumán.

El mismo edificio, visto de frente. La verdad, desde acá no se puede adivinar
nada de lo anterior. Una cosa muy curiosa.

Y después viene el viaducto en sí... Recuerdo que, cuando era chico, el viejo 56 (luego fue el 111 y ahora el 101, desde hace rato) pasaba por abajo, tomando por una calle paralela, luego haciendo una U y volviendo por la otra paralela. Era una zona "jodida", por la poca iluminación y porque justamente era un "cul de sac", una zona en la que uno no sabía para donde disparar si te querían robar o algo. No tenía a nadie que viviera por ahí, así que siempre pasaba de largo. El hecho de estar cerca de las vías agregaba misterio y peligro (que no sé si era real). En esa época todo estaba pintado de un color pardo claro.

Sin embargo, hace tiempo la Municipalidad encabezó una campaña para pintar estos lugares con colores menos... depresivos y sucios. Además de iluminar mejor la zona, es un placer pasar ahora por ahí, con semejante decoración.




Toda la "panza" del viaducto está pintada así, al igual que sus laterales, cubierto totalmente de dos tonos de verdes llamativos; lamentablemente no pude sacarle fotos a todas las partes porque no quería parecer turista japonés :P Pero creo que se hacen una idea.

Y finalmente, llegué a donde quería llegar (en esta entrada; ese día quería llegar a la casa de mi amigo)


Siempre quise ver de a pie esta casa, cuya parte superior puede verse cuando uno transita por el viaducto (está justo del otro lado de donde yo venía). Aunque algo deteriorada y con reformas, es un hermoso ejemplo de arquitectura neocolonial en dos plantas. Les dejo algunas fotos más.





El detalle del nido de hornero en el centro es genial. Lamentablemente, como dije antes, merecería una buena mano de pintura blanca, sobre todo en el coronamiento, además de una limpieza previa, claro está. Pero sigue ahí  y eso ya es mucho.

Recomiendo mucho visitar el barrio. Como estaba apurado y tenía las manos ocupadas, no pude sacar más fotos, pero en pocas cuadras, por Tucumán, pude descubrir mucha casas hermosas, algunas antiguas, otras nuevas y más modernas, que insisten en que la arquitectura no tiene que ser antigua para ser bella.

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