martes, 20 de septiembre de 2016

Renovando calle San Juan

Hay lugares que deben desaparecer, o que al menos, lo merecen.

Lo anoto acá bajo la etiqueta "los perdidos", pero realmente, no lo lamento. ¿Por qué? Porque es una de esas postales del abandono, de la desidia y de la tristeza que generan varias cuadras de la sección céntrica de calle San Juan, más o menos entre Corrientes y la Cortada Barón de Magua (una que tengo que reseñar pronto).

Es de público conocimiento que esas cuadras están llenas de edificios abandonados, sucios y fuera de mantenimiento; de negocios que sobreviven con lo justo y muchas cuestiones edilicias negativas. Hace unos meses, por suerte, la Municipalidad, dentro de un plan que apunta a mejorar la zona, instaló en esas cuadras unas luminarias superpotentes, que hacen que la noche sea de día. Pero los edificios siguen ahí, languideciendo lentamente.

Hace unos días pasé por una de esas esquinas y vi la demolición. Tomé nota del lugar: al lado de Italhogar. Realmente no recordaba lo que había ahí, y ahora, al verificarlo, respiro doblemente aliviado: NO era un edificio antiguo, y era uno de esos lugares que uno no quiere ver más.

De noche, ni te la cuento, era muy divertido pasar por el lugar y esperar
que no te robaran, mataran o algo.
¿Qué era? Un lote semiabandonado que se usaba como estacionamiento improvisado, gomería/taller y verdulería. Realmente no sé si tendría algún papel en regla, y lamento si esto le cuesta el trabajo a alguien (aunque si eran dueños, deben haber recibido un buen dinero). Incluso de día era algo tétrico pasar por ese lugar, sucio, grafiteado; de noche, incluso con la iluminación, no era muy agradable porque uno suponía que se podían esconder allí cualquier ladrón (dentro es muy profundo, como puede verse en esta foto, y seguía estando oscuro a pesar de las luces de la vereda). En resumen, era una más de las postales del abandono de calle San Juan.

Así que, como tomo nota de lo malo, tomo nota también de lo bueno, como para cortar la racha con las demoliciones de cosas hermosas (hay un par más en carpeta, lamentablemente, documentadas y esperando ser publicadas). Espero que pronto el lugar se convierta en un bello edificios, que ayude a mejorar la zona, reavivar la actividad de los comercios y evitar que otros lotes, con edificaciones más bellas, sean destruidos inútilmente.

viernes, 16 de septiembre de 2016

Demolición y aberración de yapa en Santa Fe al 2500

Lamento mucho seguir con otra entrada sobre pérdidas, pero es lo que hay.

En este caso, tenemos un edificio frente al cual paso a diario, en el colectivo, y que de un día para el otro encontré amurallado. Pero veamos como era.

Lamentablemente, la hora en la que pasó GSV a sacar fotos no es la mejor, y tal vez eso hizo que los detalles fueran borrosos. Sobre cada ventana hay una cara de querubín, que aquí aparece desdibujada, al igual que los detalles de las molduras. Es una pena.

De nuevo nos encontramos frente a una casa familiar, ahora mucho más bonita, con bastantes detalles en molduras y un estado exterior bastante bueno. No falta nada de lo que suelen tener: balconcitos a la vereda con rejas, estriados en la fachada, terraza con detalles, etc.







Al verla cubierta de paneles me asusté y apenas pude, un sábado, aproveché que estaba por la zona para ir a sacar fotos, al menos con el celular. Lamentablemente el ángulo no me permitía sacar mucho. Para colmo, estaban trabajando en la demolición, sacando enormes vigas de hierro del techo, por lo que me daba algo de vergüenza molestar a los operarios, a los que no sé si les gusta que mire su trabajo. Un camión enorme estaba enfrente, sacando las vigas, por lo que sacar fotos de la otra vereda era imposible, también. Esto es todo lo que obtuve.






Ni qué decir, que ahora el ángulo del sol tampoco ayudaba, sobre todo al no tener una cámara que ajustara la sensibilidad.

Tuve alguna esperanza de que no muriera. Pero ese sábado vi que la parte interna estaba casi totalmente demolida, sin techo. Pensé que tal vez renovarían el interior para convertirlo en algo más, como un bar o una casa más moderna. Después pasé y vi que la terraza que sobresale había sido demolida. Pasé este miércoles pasado, y ya no quedaba nada... ni el volquete con los restos.

Esa zona de Rosario (¿es todavía barrio Agote?) está siendo muy castigada por demoliciones, y es una verdadera vergüenza. Era una de esas casas que siempre miraba al pasar, y ahora... ahora no sé qué la reemplazará.

En la misma cuadra, en la misma vereda, hay un ejemplo de lo que puede venir. Un adefesio sin nombre que, espero, no sea la norma.


Al lado de un edificio bajo, de estilo art-decó, y de una casa más moderna, con una altura que tampoco tiene comparación, esta horrenda mole de aluminio se para, sin ninguna razón, en un lugar que no le corresponde. Supongo que será edificio de oficinas, porque no creo que nadie quiera vivir ahí, en esta nave espacial estrellada.

Hay quienes quieren hacerse los Calatrava, pero no se dan cuenta de que no construyen en el vacío. Lo único que espero es que, si demuelen el anterior edificio, no hagan algo ni remotamente parecido a esta cosa.

lunes, 12 de septiembre de 2016

Otra que se apaga: Buenos Aires casi esquina San Luis

Es tristemente irónico que uno se pasa el día mirando, mirando, mirando. Y a veces, sigue sin poder ver.

El otro día fuimos con Vane a dar una vuelta. De pronto pasamos por la misma esquina en la que yo me bajo cientos de veces por mes. Pero no, era la otra ochava, y era otra vereda. Ahí la vimos; ahí estaba y pronto ya no estará más.

Incluso ahora, cuando la buscaba por GSV, casi la paso de alto. Es una de esas casitas lindas, pero totalmente anónimas, que pululan, sin firma ni muchos detalles, por el centro rosarino. Aparentemente funcionó, hasta hace un tiempo, como local de comidas o algo similar (aunque no estoy seguro, lo digo por el cartel gastronómico de una de las ventanas).






Así la encontramos durante la caminata, ya dejando de ser.















Esta fue la última mirada que le di, antes de volverle la espalda. Como en otros casos, la gente me prestaba atención al verme sacar fotos. Es algo que me agrada, porque creo que ayuda a que perciban su ciudad de otra manera. ¿Pensarán que soy turista? Sí, me ha pasado.

Cierro la nota triste con esto. Mientras tomaba esta última foto, y cruzaba la calle, me crucé con un muchacho que se tomó unos segundos para mirar hacia donde yo estaba tomando fotos. Incluso cuando dejé de mirar el edificio, él siguió mirándolo. Tal vez era de la zona, y se sorprendía, como yo, de la demolición. Tal vez nunca había MIRADO ese edificio; tal vez solo lo había visto. Tal vez lo reconocía ahora, mientras moría y desaparecía, porque yo lo miraba morir.

Son cosas que me llevo. No sé si tristes, pero creo que no son negativas.