lunes, 27 de julio de 2020

Hotel Marconi: una historia de olvido en San Juan al 1000

San Juan es una calle olvidada de Rosario. A partir de esa altura, hacia el oeste, cuanto más se aleja del centro más se desvanece, gracias a la desidia municipal y también a los especuladores inmobiliarios que aprovechan para depredar las casas y negocios que quedan abandonados por la crisis. Esto es el día a día de la calle desde hace muchos años, y nadie parece querer solucionarlo.

Ejemplos aquí mencionados son la Galería Dominicis, varios locales comerciales a una cuadra de la dirección que hoy mencionamos, y un lote que por suerte no tenía valor y se aprovechó.

Pues bien, más o menos por esa fecha en la que comenté de este último caso, en ¡2016!, cómo pasa el tiempo... más o menos por esa fecha tomé estas fotos que ahora comparto, como para seguir con la racha de documentar una zona que desaparece, o mejor, es desaparecida por ciertos poderes ocultos.

Toca hoy hablar del Hotel Marconi, en San Juan al 1000, casi en la esquina con la cortada Barón de Maua (ya hablaré algo más de ella en la siguiente entrada), pero en la vereda de enfrente.

Durante mucho tiempo este hotel me cautivó. Hay varios hoteles en esa zona pero todos son edificios mucho más modernos. Este no. Es un petit hotel hermoso, con muchos detalles interesantes aunque también humilde, sin tanta cúpula ni detalles superlujosos. Sin embargo, sabía ser llamativo por sus enormes carteles.

Solía ser porque uno de ellos ya no está, pero me adelanto.

Pongo primero las fotos que saqué yo ese 21/5 de 2016, hace poco más de cuatro años. ¿El motivo? Poco antes habían cerrado el predio y puesto esas horrendas bandejas "antiderrumbes", que muchas veces presagian demolición. Afortunadamente no fue así, pero bueno, paso a las fotos para después contar la historia. Siempre dando vueltas, yo...











Como se puede ver, el hotel acusa un cierto grado de deterioro, aunque aparentemente no tan grave. ¡Hay que lavarle la cara! Es uno de esos edificios que uno ve siempre más o menos igual, abandonado pero "no tanto". Y que hay que preservar porque cuando uno deja de pensar en ellos, desaparecen.

La cuestión es que desde hace muchos años el edificio sigue así. Frecuento mucho la zona, sobre todo desde principios de la segunda década de este siglo, y nunca estuvo abierto; aparentemente cerró hace mucho, pero los dueños siguen haciéndose cargo y de hecho, hace un tiempo se habló de su potencial reapertura, si es que cerraban ciertos proyectos... que obviamente no se dieron.

Como dije antes, estas fotos se sacaron cuando descubrí que le habían puesto las bandejas y que habían cerrado el frente. Pensando en algo que no pasó, me apuré a tomarla; el frente de la parte de abajo era así, en 2013, según GSV:


El retiro de las fachadas de los dos edificios a la izquierda (un hotel y una mueblería) permitía que uno pasara por un hermoso túnel, que lamentablemente se cortaba ahí por la reja. ¡Cuántas veces pasamos, cuantas veces la esquivamos, cómo nos hubiera gustado poder seguir caminado por abajo de esos ladrillos! Pero bueno, no se podía. Eran parte del acceso al edificio y como no estaba en funcionamiento, servían de primera línea de seguridad.

Pero de esta foto de 2013 podemos sacar algunos detalles más.


Primero, la marca de un toldo en la entrada de la izquierda. Lamentablemente la fachada fue modificada en la parte de abajo, y nos queda la duda de si ese toldo fue original, como los de arriba (que tienen toda la lona podrida, perdida hace tiempo, como se ve en las fotos) o si fue algo que se puso luego de la modificación y se quitó después de un tiempo. Y por qué se quitó; no parece interferir con el aire acondicionado, aunque quedaba medio justo con respecto a la ventana. Tal vez llevaba muy justo al cordón... ahí las veredas son angostas. Veo perfectamente a un camión pasar y llevarselo puesto, o casi.



Segundo, la hermosa placa de mármol que en su momento tuvo el nombre completo del hotel. Menos mal que sigue estando, por lo menos, esperando la reinauguración.


Tercero, estos detalles de herramientas... Es cierto que fue hace ya siete años, pero marca que por lo menos en esa fecha, algo estaban haciendo los dueños. Como dije antes, a través de un grupo de FB dedicado al tema me enteré de que los dueños están interesados en mantener el edificio de alguna manera; eso fue hace poco, así que es de suponer que cada tanto entrarán para verlo, reparar algo, etc.

Ahora bien, por más mantenimiento que haya, lamentablemente hay riesgos y por eso fue que eventualmente se pusieron las bandejas antiderrumbes. En ciertas fotos de GSV se puede ver que hay vegetación en los balcones. Y además de colocarlas, tiempo después vino la Municipalidad con su normativa anti carteles, que tanto nos ha dolido ver en ejecución, y se llegó a estos dos símbolos del lugar.

Así es como se lo ve ahora (foto de julio de 2019, hace un año).



Hasta donde sé, los carteles siguen en poder de la Municipalidad y fueron retirado (supongo que con acuerdo de los dueños) por una simple cuestión de seguridad: requieren mantenimiento que no se podía hacer y que eventualmente podía fallar y causar una tragedia. En ese sentido, es algo triste, pero razonable y lógico.

Siempre y cuando, claro, pronto los veamos de nuevo instalados y funcionando, atrayendo a muchos ocupantes al Hotel Marconi, que tanto quiero ver brillar.

martes, 14 de julio de 2020

Fachada azul en Juan Manuel de Rosas al 900

En nuestros frecuentes paseos por la zona pasamos regularmente por una linda casita, de estilo bastante ecléctico (tiene líneas de art-decó pero molduras y detalles más tirando a art-noveau), que realmente merece más atención y que debe haber tenido mejores días. Si bien a primera vista no está arruinada, sí parece abandonada y descuidada.

Yo la llamo la casita azul de Juan Manuel de Rosas.


Como puede verse, en algún momento alguien le dispensó cariño: aunque no nos guste el color, está prolijamente pintada y la pintura no se descascaró demasiado. Los detalles de molduras en dorado son algo a tener en cuenta.






Intuyo que las rejas son nuevas; al igual que las puertas, deben haberse puesto hace un par de décadas para actualizar la casa, o tal vez porque las originales de madera estarían rotas o deterioradas. La disparidad de las molduras (la de la izquierda, sobre estas líneas, no tiene cara sino solo flores) me hace pensar que antes era una ventana, o que era una puerta diferente, al vez de un departamento de pasillo, y que por lo tanto tenía menos valor o que así era percibido y debía ser separado visualmente del resto. Y de hecho me queda la duda de si alguna de las puertas no fue antes una ventana; de hecho esa puerta no tiene escalón, por lo que se me hace que debía ser una ventana y al abrirla decidieron dejar el acceso a nivel de la vereda. El remate de la terraza también me dice eso: era algo diferente al resto.

Mientras estaba buscando la dirección exacta de esta casa, veo que lamentablemente ha sido modificada, y no me di cuenta. Mis fotos son de agosto de 2016, ya casi cuatro años!! Son otras de tantas fotos de mis archivos que han quedado sin publicar.

Si vamos a esa dirección en GSV, vemos que desde 2013 hasta 2018, no hubo ningún tipo de cambios: más allá de algunos grafitis y cosas de deterioro menor, todo igual de azul. Pero desde agosto de 2019, al menos, (*) se ve así:



Como puede verse, incluso le han hecho una rampita en la vereda para subir y bajar el auto.

¿Buenas o malas noticias? La buena es que las molduras no se perdieron. Es imposible saber qué se perdió dentro, pero bueno, al menos los angelitos dorados siguen ahí. Las puertas, como ya dije, creo que ya se habían perdido mucho tiempo antes, y estas no tenían ningún valor artístico. En definitiva, creo que es un buen empate.

Este es uno de esos edificios anónimos que siempre me llamó la atención, y por los cuales temo. No son llamativos, no deben estar protegidos y en ese lugar son presa fácil de especuladores inmobiliarios. Para colmo, desde hace años está igual, deteriorándose en silencio, sin nadie que limpie los grafitis o repinte la fachada. Nunca vi a nadie entrar ni salir, ni ningún negocio funcionando ahí, una placa... nada, y eso que hasta hace un tiempo pasaba seguido. El saber que alguien lo usa, al menos me da algo de esperanza: tal vez el día de mañana se pueda recuperar un poco más. Y así esos angelitos seguirán brillando.


(*) Teniendo en cuenta que desde marzo que ni puedo salir de casa, no es tan grave que no haya visto el cambio... supongo que desde agosto del año pasado dejamos de pasar por esa zona cuando volvíamos del Monumento, o que realmente estaba mirando para otro lado, porque debería haberme dado cuenta. En fin, ahora no tiene mucho sentido.