martes, 31 de enero de 2017

Casa de brujita en Lima al 1300

Pasábamos por un lugar que no solemos frecuentar, de camino a un compromiso, y no pudimos menos que mirar esta hermosa, preciosa casita. Una cosa para admirar y desear, de buena manera, tener algo así.

A veces me pongo mal por las demoliciones de edificios enormes, de conocidos arquitectos y llenos de historia. Pero ver que este tipo de edificaciones siguen existiendo, aunque sean anónimas, no tengan muchos detallecitos ni molduras locas, me hace recuperar la esperanza. Están por todo Rosario, y por eso serán siempre difíciles de borrar por completo.

La primera foto es de GSV (octubre de 2013), porque estábamos apurados y no pudimos sacarle a toda la fachada. Nos olvidamos un poco de la puerta del estacionamiento, que creo que rompe algo el efecto, pero parece haber sido pensada como parte original de la misma. Las fotos siguientes son de nuestra autoría.

Como puede verse, detrás de las rejas hay una hermosa casa con patio delantero, con detalles neocoloniales (principalmente las tejas y el arco de entrada) pero también con preciosas ventanas acristaladas, que no sé si remiten a algún estilo en particular. Igualmente hay algo de neocolonial en la forma de la fachada, que no tiene molduras ni ningún tipo de juego geométrico típico del art-decó. Finalmente, es adorable el uso de pequeños azulejos a ambos lados de la arcada principal, así como en el otro extremo del portón del garaje, ya muy pegado a la medianera (se puede apreciar, apenas, en la foto de GSV).

Por los dibujos infantiles, ¿habrá sido un jardín? Más me decanto porque la utilizaron como sala de eventos infantiles. En la primera foto se ven algunas pintadas y restos de dibujos; en las que sacamos nosotros, de hace unos días, está pintada de blanco en la parte delantera, pero persisten los restos de dibujos infantiles en la pared medianera.

No sé por qué le pusimos "casa de brujita"; tal vez por los dibujos, o por la jaula vacía, o por el misterio que emanaba de ella. Así que le dejo el apodo.

Sin más para decir, los dejo con las fotos. Tener una casa así de adorable es uno de mis sueños. No tiene que ser esta, pero me deja con la sensación de que parte de la felicidad es que los lugares que frecuentamos nos inspiren, nos den alegría, que no sean solamente de paso, sino que nos proporcionen la satisfacción de tener un pedazo de cielo.







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