miércoles, 13 de julio de 2016

Los buzones rosarinos, protegidos

Hay muchas cosas del pasado arquitectónico y urbanístico de una ciudad que a veces queda obsoleto, reemplazado por algo más moderno o simplemente borrado por alguna cuestión. Me viene a la mente las pequeñas puertas de algunos caserones y mansiones, alejadas de la puerta principal, que seguramente se usaban para que entrara la servidumbre.

Una de esas cosas son los buzones. Yo ya no los usé; mandé muchas cartas cuando era más joven, pero siempre enviadas desde una dependencia del Correo. La mía estaba en una agencia de lotería, que más adelante, calculo que por falta de clientes o por la baja ganancia, dejó de prestar el servicio.

Sin embargo, los buzones fueron parte importantísima de la vida de muchas personas, de la generación de mis padres y de mis abuelos. Eran el vínculo con el mundo, a través de esas cadenas de cartas que muchas veces se iniciaban allí.

El buzón de Mitre y Santa Fe, abandonado cuando trataron
de robarlo y alguien lo impidió. Foto de archivo de Rosario3.
Lamentablemente ya para mi época comenzaron a ser abandonados y dejados a la buena de Dios. Con ese panorama, no solo el vandalismo comenzó a dañarlos, sino también los robos. La imagen es de un intento de sustracción de 2015; increíble que paso por esa esquina una vez por semana y ni siquiera sé si lo volvieron a poner (creo que no, no lo registro).

El otro robo, mucho más famoso por sus fotos y posteriores evoluciones, fue de marzo de 2015. Afortunadamente, el buzón, que estaba en la esquina de Santiago y Córdoba, fue devuelvo por los ladrones, quienes se entregaron a las autoridades cuando vieron que habían sido escrachados en una foto.

Por lo menos ese volvió, pero vayamos a saber cuántos más habrán sido arrancados por vándalos estúpidos o simplemente robados para venderlos como adornos o para ser fundidos como chatarra.

En este contexto me entero por esta nota del portal de noticias Rosario3, que los buzones de Rosario serán declarados patrimonio histórico, y que la Municipalidad deberá hacer un relevamiento para saber cuantos quedan, donde están, conocer su estado y proceder luego a obtener fondos para su restauración y cuidado.

Me parece una idea excelente. Lamentablemente habrá quien lo vea como un gasto, pero la realidad es que además de una cuestión moral, de querer el pasado, podemos verlo también como una cuestión turística, de conservar el pasado al menos para que otros lo vean. Yo pienso que este tipo de elementos son como los árboles o las especies en extinción: recursos no renovables que hay que saber administrar y cuidar.

Así que una buena. Esperemos que encuentren muchos y que queden hermosos.

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