Como verás mi imaginación se desata; podría seguir y seguir. Pero algo es seguro: nunca sabré cuál fue la verdadera intención que quiso transmitirnos el responsable de esta obra. Aunque por otro lado, eso es lo que le da ese toque de magia.
Mis amigos los eternos ven pasar mis días, son testigos de mis cambios y mis nuevos rumbos…
Un día le dije a mi amigo Gastón (en ese entonces éramos amigos), que tenía ganas de ir a sacarles una foto, nos copamos y terminamos recorriendo medio Rosario (por así decirlo), sacando fotos para todos lados como dos turistas que debían partir a su tierra natal... Fue divertido. Era raro compartir el gusto por la arquitectura con alguien que no estudiara arquitectura… y eso estaba bueno, lo único malo es que uno siempre termina tropezando con alguna que otra baldosa floja o chocando con la gente… pero es lo de menos…
Los locales se alinean en el sentido de mayor dimensión del lote, es decir, paralelos a la medianera, y los patios estructuran las distintas zonas de la vivienda. La disposición simétrica de la planta se refleja en la fachada que se ordena a partir de un eje q coincide con el pilar que separa las puertas de las viviendas de planta alta. Dos cuerpos macizos de dos niveles, donde un balcón es sostenido por tres atlantes, enmarcan el plano central donde se agrupan los ingresos. La cornisa continua es el elemento que completa la composición.
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Desde hace muchos años, siempre que pasaba por esa casa, no podía dejar de mirar a aquellos gigantes que sostenían el mundo sobre sus espaldas. Su sacrificio constante me emocionaba, y también la belleza de su diseño y su construcción, su perfecta simetría y el bendito hecho de no haber sido tocados por ningún equipo de demolición.
Para mí es uno de los edificios más hermosos de Rosario, a pesar de no ser uno de los más famosos, catalogados y conocidos. Y eso también les da un encanto, porque es como un misterio, uno que ahora comparto, justamente para ayudar a preservarlo.
Muchos pasan de largo sin mirarlos. Yo, día a día, cada vez que paso, no dejo de levantar la vista, para ver si no se han movido, si no hacen una mueca, si no me siguen con esos ojos cansados... No imagino pasar por esa cuadra y no verlos ahí, siempre vigilantes, siempre atentos, siempre con el mundo a sus espaldas.
Ese placer al mirarlos fue algo que me unió a mi compañera, cuando recién habíamos empezado a caminar juntos. Ver que ella comprendía lo que yo sentía fue algo muy hermoso para mí, una señal de que no sería lo único que compartiríamos.
Y es por eso que queremos empezar a compartir nuestros pasos con este edificio, que tanto significó y significa para nosotros.
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