sábado, 19 de abril de 2014

Los Atlantes de Buenos Aires al 1300

Pasar por la casa de los Atlantes, es parte de mi ritual cotidiano hacia el mar… Lo que antes era una simple casa, hoy se convirtió en algo más. Ya no son simples cariátides o estatuas de hombres sosteniendo un balcón; cada vez que paso por ahí vuelven a la vida, se desprenden de la pared que los ata y nuevamente respiran… Mis amigos los eternos me recuerdan a una película de terror, la casa de cera, o me hacen preguntarme ¿quién les lanzó aquel hechizo? ¿Qué los condena a ser observadores? Y como para ser poco, sostener aquel balcón. ¿Quién habría vivido ahí, que tenía sus propias esculturas humanas? Supongo que sólo los ojos inocentes volvían a la vida a los hombres de piedra… Me quedé pensando en esta frase: tal vez ellos no estaban hechizados, tal vez la sociedad lo estaba. Las personas iban y venían indiferentes, apurados… Me equivoqué; juzgué mal a mis amigos. Ellos eligieron aquel destino: ser piedra para los hombres de la tierra y ser espíritu para todo aquel que realmente los vean.

Como verás mi imaginación se desata; podría seguir y seguir. Pero algo es seguro: nunca sabré cuál fue la verdadera intención que quiso transmitirnos el responsable de esta obra. Aunque por otro lado, eso es lo que le da ese toque de magia.

Mis amigos los eternos ven pasar mis días, son testigos de mis cambios y mis nuevos rumbos…

Un día le dije a mi amigo Gastón (en ese entonces éramos amigos), que tenía ganas de ir a sacarles una foto, nos copamos y terminamos recorriendo medio Rosario (por así decirlo), sacando fotos para todos lados como dos turistas que debían partir a su tierra natal... Fue divertido. Era raro compartir el gusto por la arquitectura con alguien que no estudiara arquitectura… y eso estaba bueno, lo único malo es que uno siempre termina tropezando con alguna que otra baldosa floja o chocando con la gente… pero es lo de menos…






Pensando a esta preciosa edificación desde los parámetros arquitectónicos, encontramos que la distribución en planta responde a los lineamientos de los edificios de renta de finales del siglo XIX, donde se recurre a la estructura de la "casa chorizo" para formular las viviendas de la planta baja repitiendo un esquema semejante para las de planta alta.

Los locales se alinean en el sentido de mayor dimensión del lote, es decir, paralelos a la medianera, y los patios estructuran las distintas zonas de la vivienda. La disposición simétrica de la planta se refleja en la fachada que se ordena a partir de un eje q coincide con el pilar que separa las puertas de las viviendas de planta alta. Dos cuerpos macizos de dos niveles, donde un balcón es sostenido por tres atlantes, enmarcan el plano central donde se agrupan los ingresos. La cornisa continua es el elemento que completa la composición.



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Desde hace muchos años, siempre que pasaba por esa casa, no podía dejar de mirar a aquellos gigantes que sostenían el mundo sobre sus espaldas. Su sacrificio constante me emocionaba, y también la belleza de su diseño y su construcción, su perfecta simetría y el bendito hecho de no haber sido tocados por ningún equipo de demolición.

Para mí es uno de los edificios más hermosos de Rosario, a pesar de no ser uno de los más famosos, catalogados y conocidos. Y eso también les da un encanto, porque es como un misterio, uno que ahora comparto, justamente para ayudar a preservarlo.

Muchos pasan de largo sin mirarlos. Yo, día a día, cada vez que paso, no dejo de levantar la vista, para ver si no se han movido, si no hacen una mueca, si no me siguen con esos ojos cansados... No imagino pasar por esa cuadra y no verlos ahí, siempre vigilantes, siempre atentos, siempre con el mundo a sus espaldas.

Ese placer al mirarlos fue algo que me unió a mi compañera, cuando recién habíamos empezado a caminar juntos. Ver que ella comprendía lo que yo sentía fue algo muy hermoso para mí, una señal de que no sería lo único que compartiríamos.

Y es por eso que queremos empezar a compartir nuestros pasos con este edificio, que tanto significó y significa para nosotros.



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