Es tan genial que tengo que ponerlo.
Es otra de esas cosas raras que encuentro con el celular, muchas veces sobre el colectivo, y que ahora me voy dando el lujo de colgar acá.
Con el surgimiento de muchos edificios total o casi totalmente vidriados, sobre todo locales comerciales, la costumbre de poner el nombre de la calle sobre la fachada corre... peligro.
Ya hemos visto en otras ocasiones casos de carteles de calles puestos a muy diferentes alturas, a veces sin que siquiera coincidan los nombres.
Aquí el caso es diferente, y tal vez más grave: simplemente NO TENER LUGAR para poner el cartel.
En la esquina de San Luis y Pueyrredón, así lo solucionaron. Sencillo, funcional, y algo minimalista. Eso sí, se lo puede perder entre tanto anuncio, y luego no sabremos en qué calle estamos.
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